Supongo que todos habréis comprobado que desde hace ya algún tiempo la ciudad de Murcia, -imagino que otras muchas también-, está sufriendo una proliferación de carpas cerradas en sus calles y plazas. Antaño era normal que cuando llegaba el buen tiempo todos los bares, cafeterías y restaurantes de la ciudad instalasen sus respectivas terrazas y utilizasen unos parasoles o sombrillas para proteger del sol a sus clientes. Pero algo que era normal y de agradecer con la llegada del calorcico, como era la instalación de dichas terrazas, ahora se prolonga a lo largo de todo el año, con el inconveniente, a mi parecer, de que en invierno no basta con unas simples sombrillas para proteger a la clientela, sino que hay que montar todo un mamotreto de carpa cerrada para proteger del frío y posible gotas de lluvia a la clientela del local en cuestión. Imagino que para los hosteleros esta nueva moda tiene que tener unos resulatdos muy buenos, sobre todo para sus bolsillos, ya que algunos sitios pueden llegar a doblar su capacidad para albergar a más público. Pero, en cambio, yo pienso que el resultado para la ciudad, al menos estéticamente, es negativo. Varios ejemplos de esto los podéis ver en la Plaza de las Anas o en la Plaza de Romea, donde unos cuantos "invernaderos" además de apropiarse de un espacio en principio disponible para los viandantes, rompen la perspectiva de dichas plazas. En mi opinión, creo que antes de llevar a cabo grandes campañas de promoción turística, que por otra parte suelen ser bastante caras, nuestros gobernantes deberían empezar por cuidar estos pequeños detalles estéticos que hacen que las ciudades tengan mayor encanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario